Desde hace varios años, los perros cuentan con acceso a las instalaciones del Metro de Madrid y de Cercanías, una decisión que ha sido recibida con entusiasmo por parte de los usuarios y que responde a una de las peticiones más demandadas por los amantes de los perros. Este avance sigue el modelo de otras grandes urbes europeas, como Bruselas, Londres, Lisboa y Berlín, donde se permite la entrada de mascotas al transporte público, facilitando así la vida de los propietarios de perros en sus respectivas ciudades.

Según un estudio elaborado por el sistema de transporte madrileño, una media de 364 perros accede diariamente al Metro, lo que subraya la aceptación de esta medida en una sociedad cada vez más preocupada por el bienestar de sus mascotas. Sin embargo, a medida que se consolida la convivencia entre viajeros y canes, surgen nuevas solicitudes que buscan mejorar aún más esta experiencia.

Uno de los temas más debatidos entre residentes y visitantes es el horario de acceso de los perros durante los meses de verano. Con las altas temperaturas, muchos propietarios ven complicado trasladar a sus mascotas a clínicas veterinarias o áreas caninas con espacios para poder llevar mejor las altas temperaturas, sería beneficioso ampliar el horario de entrada al Metro, permitiendo a los dueños llevar a sus perros en horarios más cómodos y ajustados a las necesidades de sus animales, especialmente cuando muchos distritos y barrios carecen de espacios para que los perros se refresquen.

Además, propietarios de perros se han planteado la necesidad de permitir la entrada de sus fieles amigos en los autobuses urbanos de la EMT, particularmente en aquellos momentos del día en que la afluencia de pasajeros disminuye. Unas franjas horarias que suelen ser desde las 12:00 am hasta las 17:00 pm, como ocurre en los meses de verano.

En este sentido, conductores de la EMT han manifestado su apoyo a esta propuesta, señalando que durante ciertos horarios las unidades operan casi vacías. “Es triste ver a un perro con la lengua fuera, agotado por el calor, mientras los autobuses circulan con pocos pasajeros”, comentaba un conductor durante su jornada laboral. La posibilidad de adoptar una política más dogfriendly en la EMT podría, además, incrementar el número de viajeros en las rutas. Ala par que dueños de establecimientos que son dogfriendly verían con buenos ojos, ya que permitiría aumentar sus clientes en los meses de verano, principalmente como puede suceder en la línea 35 o 17 que realizan sus trayectos próximos a centros comerciales que en su mayoría son Dogfriendly.

No obstante, la idea de permitir la entrada de perros al transporte público no solo se vincula con la comodidad de los dueños y sus mascotas. Se trata también de un cambio cultural que ya se desenvuelve en otras ciudades españolas como Ourense, Jaén, entre otras, aunque cada una con normas muy diferentes entre sí. Además, promueve la responsabilidad y el respeto. No todos los propietarios de perros son maleducados; muchas veces, la actitud del ser humano puede ser más problemática que la de los animales. La convivencia armoniosa en el transporte público debería ser un objetivo común, promoviendo un ambiente en el que los derechos de los propietarios y de los animales sean respetados, al tiempo que se garantiza la comodidad de todos los viajeros.

La posibilidad de incluir a los perros en el transporte público de Madrid representa no solo una medida de modernización y adaptación a nuevas realidades, sino también un paso importante hacia una ciudad más inclusiva y amigable con los animales y una posibilidad de generar empatía y un crecimiento del movimiento dogfriendly que cada vez está más en auge. Los usuarios, tanto humanos como caninos, ya reclaman estos cambios con esperanza. La respuesta a estas inquietudes desde la administración no solo reafirmaría un compromiso con la movilidad sostenible y el bienestar animal, sino que también ofrecería una forma más amplia de disfrutar de Madrid, en la que las mascotas puedan ser parte de la vida cotidiana.